martes, febrero 13, 2007

Borat, desnudando la cultura


Una de esas sorpresas que cada tanto presenta la cartelera, una de esas rarezas infrecuentes, Borat (Borat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan, 2006, Larry Charles) es también una de las películas más graciosas vistas en mucho tiempo. Lo que es mucho decir para este falso documental que tiene un contenido revulsivo.



Borat Sagdiyev, el segundo mejor periodista de la TV de Kazajstán, viaja a los Estados Unidos, para aprender de su cultura en beneficio de su gran nación. Representante de una imaginada cultura primitiva, Borat (el comediante inglés Sacha Baron Cohen) se ufana, inconsciente, de toda clase de prejuicios, es misógino, xenófobo, y dice cualquier cosa que pueda sonar políticamente incorrecta. Suelto en Estados Unidos, confrontado a todo tipo de personajes, no hace más que desnudar prejuicios e hipocresías.

Filmado como un falso documental, una road movie trucha, Cohen se hace pasar por Borat, y entrevista gente como si fuera periodista de Kazajstán, gente que se permite decir cualquier cosa. Borat pregunta, y obtiene respuestas contra judíos, gitanos y homosexuales, entre disparates varios. Disparates dentro del tono cómico de la película, claro, porque luego dejan un sabor más amargo y preocupante. Como esa escena donde en un estadio de rodeo en Texas, donde Borat apoya la guerra, y grita que Bush "debería beber la sangre de cada hombre, mujer y niño de Irak" mientras es ovacionado por el público. Personaje cómico en sí mismo, Borat acumula gags, como la imperdible pelea con su productor, desnudos en el hotel, o los momentos referidos a Pamela Anderson, que son realmente desopilantes. Cómica e inteligente, Borat es una de esas perlitas que aparecen de vez en cuando, y que hay que aprovechar.





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