Esta vez resulta extraño hacer el repaso habitual del año que pasó, desde el momento en que estamos involucrados desde adentro, con el lanzamiento bien a fin de año de Historieteca Editorial. Dejemos esto de lado, para ver qué nos dejó el 2009.
Decíamos en el balance anterior que el 2008 fue un año donde las piezas del sector editorial de la historieta argentina se estaban acomodando, después de bastante movimiento la cosa comenzaba a decantar, un año de transición. En el 2009 la edición de historieta argentina parece ir encontrando su lugar, con algunos hechos que lo sugieren.
Por un lado, los sellos que habían hecho pie con una buena cantidad de libros, desaparecieron, como Domus, o bajaron apreciablemente su producción, en lo que se refiere a libros nacionales: Thalos, que sigue con sus revistas, y Deux, con menos títulos aunque sigue publicando historieta extranjera. Domus dejó su lugar a Moebius, con un ritmo más pausado, pero intentando establecerse.
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Decíamos que la edición de historieta argentina va, en estos tiempos, buscando su lugar. Basta recordar que a principios de la década no había nada, no había publicaciones, nada que leer, y por lo tanto no había lectores. O bien había lectores sin nada que leer. Es indudable que todo cambió, los antiguos lectores que consumían las revistas mensuales de historieta ya no están, hay otras formas de entretenimiento. En este sentido el manga ha sabido ganarse un lugar, formando parte de un engranaje más complejo, apuntando a otro público, un nuevo público (que muchas veces desconoce otras formas de historieta).
La edición de historieta argentina busca su espacio. Busca volver a captar a sus viejos lectores, pero también llegar a los nuevos, los que la leen en Interntet. Pero también es imprescindible ampliar la base de lectores, convertir a la historieta en alternativa de lectura. La inserción en librerías es el comienzo, un espacio a ganar paulatinamente. Los emprendimientos que mencionamos antes van en este sentido, destacando las publicaciones de Sudamericana y Liniers, que con ediciones de calidad apuntan a ganar lectores.
Tal vez 2010 sea el año en que la historieta argentina comience a encontrar su nuevo lugar.