El número de abril de Lúpin, el 499, es el último de la revista, según se informa desde la editora. Aunque parezca increíble, se queda ahí nomás del asombroso número 500. Claro que este es un dato menor frente al cierre de una revista con más de cuarenta años.
Según trasciende, tras el fallecimiento de Sídoli se han presentado problemas con los derechos de autor, que impiden la continuidad de la revista. Ya había llamado la atención en el número de marzo que todas las historietas fueran de Guerrero, precisamente en un número en el que se recordaba a Sídoli con una nota, como así también se lo homenajea en este último, sin ninguna de sus historietas.
Es llamativo que pueda haber diferencias o problemas de derechos, luego de tantos años de publicar. Después de todo, no se trata precisamente de un imperio económico a repartir. Más bien se trata de una revista y unos personajes que están en el memoria de mucha gente, que ha crecido con ellos y que aún hoy los recuerda con cariño. Tal vez sus seguidores encuentren alguna manera de revertir la situación. Es probable que Guerrero continúe publicando sus personajes, cobijados bajo un nuevo título.
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